¡Hola! Mi nombre es Alejandro sitt, hice aliá (emigré a Israel) hace dos años y esta es mi historia.
La realidad es que nunca había pensado en venir a vivir a israel seriamente, estaba estudiando música y trabajando en Argentina. Lo que ocurría es que no estaba convencido en la escuela que estudiaba y mi trabajo no estaba relacionado a la música, por lo que no estaba tan feliz. Un día hablando con un amigo surgió la idea de estudiar afuera. Averiguando un poco descubrí que en Israel habia una prestigiosa escuela de música de gran nivel educativo y con la última tecnología, 1 mes y medio después estaba volando hacia Tel Aviv.
Ya había estado en Israel 1 año de paseo y había aprendido hebreo en la escuela por lo que no me fue difícil encontrar trabajo (de mozo). Comenzaron las clases y yo estaba en Hogwarts, no podría haber imaginado una mejor escuela en el mundo. Llena de músicos jóvenes con ganas de aprender y compartir, sentados en los parques de la escuela haciendo música juntos. Las instalaciones soñadas y los profesores, reconocidos en la escena musical israelí, enseñaban con pasión y dedicación.
Debo admitir que mi primer año fue difícil, aunque era de esperarse, emprender un camino solo desde cero en un país desconocido no iba a ser tarea fácil. A lo largo de todo el camino siempre fui optimista y estaba muy contento con las posibilidades que el país me presentaba. Dónde se vio que un nuevo inmigrante, recién llegado que trabaja de mozo 4 veces por semana, pueda pagar casa, comida, ocio y una escuela prestigiosa de música?hasta pude comprar el equipo musical necesario para independizarme. El estado de israel me ayudo y me sigue ayudando, por lo que estoy eternamente agradecido.
Así transcurrió el primer año, para mí segundo año ya estaba acomodado en un mejor departamento, en un mejor restaurante y tenía nuevos planes. Quería salir a tocar música a la calle y vivir de ello, empezar mi carrera musical y que el mundo me vea hacer lo que amo. Efectivamente salí a tocar y para mí sorpresa tuve muy buena recepción, rápidamente pude dejar mi trabajo de mozo y dedicarme por completo a tocar música. Mi lugar favorito para tocar es en la playa, al atardecer, cuando la gente está volviendo a sus casas después de un largo día en la playa y para despedirlos estoy yo con mi guitarra. En el invierno regreso a trabajar en el restaurante ya que no hay suficiente gente en la calle y llueve mucho. Por suerte eso dura solo unos pocos meses y nuevamente es verano. Hoy me encuentro tocando todos los días en una hermosa plaza en el centro de Tel Aviv, la gente viene a verme, se sienta al rededor y yo soy feliz.
No tengo idea que estaré haciendo en el futuro. Espero poder tener mi propio show y que la gente venga a verme, me gustaría sacar un álbum. Estoy trabajando para lograr eso y más, veremos qué sucede. Por ahora seguiré siendo un argentino suelto en Tel Aviv.
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