El primero de Julio, es la fecha establecida por el gobierno de Israel como posible para la anexión de algunos sectores de Cisjordania. Criticada por muchos y festejada por otros la anexión está a la vuelta de la esquina y estos son algunos factores que influyen en la decisión del gobierno israelí de anexar territorios.
1. El legado:
Todo político quiere pasar a la historia, dejando un legado trascendente. Netanyahu, no es la excepción. No son pocos los que afirman, que el Primer Ministro israelí quiere ser recordado como el líder que cambió irrevocablemente los parámetros del conflicto entre Israel y Palestina, y sabe que nunca habrá otro presidente de los EE. UU como Donald Trump, que tal vez no esté cerca por mucho tiempo, para permitirle hacerlo.
De todas maneras, aun no se sabe cómo se implementará la anexión y si Israel tomara una postura maximalista, anexando el 30% conforme lo dispuesto por el plan de paz de Trump) o una postura minimalista anexando solo los bloques mas grandes de asentamientos judíos como Gush Etzion, Maale Adumim y otros.
2. La comunidad internacional:
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y Nickolay Mladenov, enviado especial de la ONU para Oriente Medio, pidieron a Israel el 24/6/2020 que abandone sus planes de anexar asentamientos en Cisjordania, advirtiendo que amenaza las perspectivas de paz entre Israelíes y el Palestinos Una declaración conjunta de varios miembros actuales de la Unión Europea al Consejo de Seguridad de la ONU también dijo que la anexión tendría consecuencias diplomáticas y no sería reconocida por ellos.
“Si se implementa, la anexión constituiría una violación muy grave del derecho internacional, dañaría gravemente la posibilidad de una solución de dos estados y socavaría las posibilidades de una renovación de las negociaciones”, dijo Guterres al Consejo de Seguridad de la ONU. “Pido al gobierno israelí que abandone sus planes de anexión”.
3. El juego de la culpa
Algunos dicen que Netanyahu no puede retroceder de la anexión el 1 de julio, después de pasar más de un año y tres campañas electorales enteras hablando de ello. La vergüenza política sería demasiado grande, dicen. La derecha no lo perdonará y tratará de quitarle el voto de confianza. Si la anexión no se lleva a cabo pronto, o si resulta ser mucho más pequeña que el 30 % previsto en el plan de Trump, se le echaría la culpa a Netanyahu por haber rechazado una “oportunidad histórica” ofrecida por una amigable administración estadounidense.
4. La dirigencia palestina:
Los lideres de la Autoridad Palestina desde un comienzo se han opuesto a la idea prevista en el “Acuerdo del siglo” de Trump que permitiría la anexión de territorios. En este sentido, Mahmoud Abbas ha afirmado que si Israel extiende su soberanía sobre Cisjordania tendrá que asumir las responsabilidades como potencia ocupante. Esto significaría que se aplicaría a Israel el cuarto protocolo de Ginebra por el cual debería asumir las responsabilidades como “potencia ocupante”, garantizando educación, salud y demás derechos básicos a la población bajo su soberanía.
No es tan solo una cuestión técnica. Es sumamente contradictorio que Palestina se retire del escenario, delegando toda la responsabilidad a Israel, mientras se presenta ante la comunidad internacional y sus instituciones (como la Corte Penal Internacional) como un estado soberano. O están ocupados o son un estado soberano. Ambas categorías son mutuamente excluyentes.
5. La relación con estados unidos.
Probablemente, no vuelva a haber un presidente estadounidense que apoye y avale las políticas de Israel, como lo ha hecho Donald Trump.
Netanyahu se encuentra actualmente en la posición única y bastante incómoda de tener que lidiar con dos administraciones estadounidenses. La actual administración de Trump y, si la trayectoria descendente de Trump en las encuestas es una realidad, una administración de Biden, que es cada vez más probable que se mude a la Casa Blanca en poco más de seis meses.
6. El éxito de la coalición de gobierno:
Una de las pocas cláusulas que funciona a favor de Netanyahu es la que estipula que, a partir del 1 de julio, puede presentar la anexión, ya sea al gobierno o al Knesset (o ambos) para su aprobación. Esto crea un punto de presión constante sobre Gantz, que es reacio a seguir adelante con la anexión unilateral, y una forma para que Netanyahu lo provoque a romper el acuerdo o renunciar a la coalición.
Dentro del escenario político interno de Israel, los sectores de izquierda han hecho manifestaciones y denunciando públicamente la medida como contraria a los valores esenciales del sionismo.
No se puede determinar cual de estos factores va a ser privilegiado a la hora de decidir sobre la anexión, o elegir la manera en la cual se llevará a cabo. La única certeza es que las cartas están sobre la mesa y que depende de la habilidad política de todos los actores involucrados elegir, ganar la partida, esperar a un próximo juego o simplemente, volver a repartir las cartas del mazo.
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