Comenzaron los juegos olímpicos, el mayor evento deportivo del planeta en el cual deportistas de todas partes del mundo se unen en un clima festivo para demostrar sus habilidades y competir por el primer puesto para su país. Sin embargo, no siempre las olimpiadas serán recordadas por las competiciones. Ejemplos sobran en la historia, el boicot americano a Moscú 1980, o el “contra boicot” a Los Ángeles 1984.
Pero para nosotros hay dos olimpiadas que son las más recordadas. Múnich 1972 por el brutal asesinato de 11 atletas israelíes a manos de grupo terrorista palestino (Septiembre negro) y la olimpiada que se celebró en Berlín hace exactamente 85 años.
Muchas veces me preguntaron como el comité olímpico permitió al régimen nazi organizar los juegos olímpicos. La respuesta es más trivial de lo que parece. La elección de Berlín como sede, fue hecha en 1931, cuando todavía Alemania no era gobernada por los nazis, dato curioso es que también Buenos Aires estaba dentro de las candidatas a realizar los juegos olímpicos. Finalmente, la sede anfitriona se disputaba entre Berlín y Barcelona y justo días antes de la votación, el caos político que reinaba en España, hizo que la balanza se inclinara en favor de Berlín.
Cuando el régimen nazi subió al poder en 1933 heredo la decisión de realizar los juegos en el país. Al principio la idea no le hizo mucha gracia a Hitler, la ideología nazi no cuadraba con el espíritu olímpico, las ideas racistas alemanas contrastaban con el mensaje de igualdad de las olimpiadas y el hecho de que los juegos sean en Berlín podría llevar a diferentes naciones a boicotearlos. Pero las opiniones no eran unánimes en el régimen nazi, por otro lado, Goebbels (Ministro de propaganda nazi) pensó que la victoria alemana en los juegos demostraría las superioridad de la raza aria y una buena organización de los mismos, haría cambiar al mundo su opinión del nuevo régimen de Alemania.
Los alemanes hicieron de todo para poder realizar las olimpiadas, convencieron a dirigentes internacionales que no habría problemas durante los juegos, sacaron de Berlín toda la propaganda antisemita para que la opinión internacional no se queje, construyeron modernos establecimientos para los deportes y así, a pesar de todos los inconvenientes, lograron convencer al mundo de que Alemania era una opción viable. Entrado el verano de 1936, Alemania ya estaba preparada para recibir a los atletas de todo el mundo.
Pero antes había un pequeño problema. 42 de los mejores atletas de Alemania, eran judíos y después de las leyes discriminatorias de Nuremberg en 1935, atletas judíos no podrían representar al Reich. Conscientes de que la comunidad internacional no iba a soportar semejante discriminación, la solución fue la expulsión de todos los atletas judíos que vivían en Alemania.
Hubo una excepción a la discriminación nazi , la esgrimista Helene Mayer.
Mayer vivía hace años en Estados Unidos, pero ya había representado a Alemania en otras olimpiadas. En 1928 había ganado la medalla de oro en los juegos olímpicos de Ámsterdam y era considerada una de las mejores competidoras a nivel mundial. Si bien los nazis no permitían su participación, dada su popularidad y la presión internacional aceptaron que compita. Después de todo, seria casi una victoria asegurada para el Reich.
Mucha gente desconoce, pero las competiciones de esgrima de florete femenino en los juegos olímpicos estuvieron dominadas por atletas judias desde su primera competición en parís 1924 hasta Berlín 1936.
Ámsterdam 1928: Helen Mayer obtuvo la medalla de oro.
Los Angeles 1932: Ellen Müller-Preis de Austria, obtuvo la medalla de oro en Londres 1948.
Londres 1948: Ilona Elek de Hungría, obtuvo la medalla de oro.
Finalmente se celebraron los juegos en la Alemania nazi de Hitler. Toda competición tiene un podio, pero este era un podio especial, fíjense la foto:
Si, también aquí las tres deportistas son judías,Ellen Müller-Preis-Bronze,Ilona Elek-Oro, Helen Mayer-Plata . Si bien la Alemania nazi pregonaba la superioridad de la raza aria, este podio era 100 % judío, pero lo que más llama la atención es la atleta alemana, la que esta a la derecha, no solo viste el uniforme oficial con la esvástica, sino que también esta realizando el saludo nazi, alli encontramos a Helene Mayer.
Un poco mas sobre su historia. Helene Mayer era una deportista super conocida, con solo 18 años ganó la medalla de oro en las olimpiadas de 1928 y también innumerables campeonatos locales, su extraordinario talento deslumbró al país, ganándose fama y adulación. Se vendían estatuas de ella en tiendas de souvenirs en toda Alemania. Muchos la consideraban la mejor esgrimista de la historia.
Al fracasar en los juegos olímpicos de 1932 se quedó estudiando en los Estados Unidos y cuando los nazis subieron al poder, la marginaron. Debido a las presiones internacionales y porque veían una posible victoria, el gobierno alemán la invito a participar en los juegos de Berlín. Mayer a pesar de recibir presiones decidió aceptar y compitió por Alemania, cuando le preguntaron porque realizo el saludo nazi, respondió que temía por la vida de su familia que todavía vivía en Alemania, luego de los juegos retorno a los estados unidos.
Si bien es verdad que el país que mas medallas gano fue Alemania, los juegos olímpicos de 1936 son recordados por la hazaña de Jesse Owens, atleta americano de color que gano 4 medallas doradas en la cara de Hitler que sostenía la inferioridad de la “raza negra”.
No menos importante es remarcar que Owens participo tras la discriminación contra atletas judíos. Los alemanes les habían pedido a los norteamericanos que no dejen correr a dos atletas judíos de su equipo. Ante este pedido el entrenador estadounidense, saco de la carrera a Marty Glickman y Sam Stoller, ambos judíos y en su lugar corrieron dos atletas de color. Uno era Owens.
Pueden ustedes imaginarse la cara de Hitler, cuando vio ganar una y otra vez a Owens, pero la verdadera humillación para el Fuhrer fue el día 5 de agosto de 1936 cuando en podio de esgrima todas las medallas fueron repartidas a judías, Touche.
Las olimpiadas de Berlín fueron solo un paso en el camino de los nazis en su carrera hacia la realización de su ideología antisemita, xenófoba y racista, la cual tuvo como punto culminante, la solución final, el exterminio de los judíos.
Irónicamente el mismo día que atletas de decenas de países marchaban en el estadio olímpico de Berlín, 30 km al norte de la capital alemana era inaugurado el campo de concentración de Sachsenhausen y en sus portones estaría grabada una frase que posteriormente se inmortalizaría como el slogan de la crueldad nazi.
Arbeit macht frei, el trabajo libera.
Comentarios de post