Micaela Kravchik tiene 27 años. Oriunda de Buenos Aires y recibida como Licenciada en trabajo social (UBA) siempre tuvo una conexión con Israel. Sin embargo, admite que la idea de vivir en Israel, para ella no era una opción.
Recibió educación judía desde temprana edad, pero cuenta que su conexión con su judaísmo y con Israel fue principalmente a través de la Tnua Habonim Dror, lugar al cual le dedico sus años de activismo comunitario como madrija (educadora no formal).
Hizo Shnat Hajshara, un programa apoyado por la Agencia Judía para el desarrollo de lideres judíos en sus instituciones educativas en la diáspora y afirma que cuando terminaron sus 11 meses en Israel, igualmente no quería vivir allí.
“Me parecía linda la idea de Israel y activar por mi judaísmo y mi sionismo, pero irme de Argentina y alejarme de mi familia era algo muy lejano para mi”, nos cuenta mientras aclara que en ese momento su principal prioridad eran sus estudios de trabajo social en la UBA.
En 2017 empezó a a trabajar en la Agencia Judía donde asistía con el proceso de Alia de cientos de personas. Recuerda esa época con una sonrisa emotiva: “quien hacia Alia, en algún momento pasaba por mí y eso era algo emocionante. Hablar con la gente, contarle sobre Israel y ver la esperanza en sus caras era algo que me daba satisfacción”.
Si bien estaba muy familiarizada con el proceso nunca lo veía como una opción para ella: “La Alia me pasaba por el costado, veía que muchos amigos lo hacían y acompañaba a mucha gente en su proceso, pero simplemente no me veía a mi haciendo eso”.
Nos cuenta que cuando termino la carrera no tenia bien claro como avanzar, pero si sabia que quería viajar: “Me iba a ir a España, pero me surgió la idea de hacer una pasantía en Israel con Onward uno de los programas de Masa apoyados por la Agencia Judía”.
Nos cuenta que gracias a su nivel de hebreo pudo conseguir una pasantía en Israel, sumamente relevante y que resignifico su rol como trabajadora social. “Yo me dedicaba a ayudar a trabajadores sociales que estaban en contacto con sobrevivientes de la Shoa y además por iniciativa propia organice un evento con un sobreviviente para que de su testimonio y eso para mi fue muy significativo”.
Sin embargo, estar en una pasantía en Israel por tiempo determinado es muy distinto a hacer Alia, nos cuenta mientras recuerda que el proceso de Alia fue personalmente duro: “Era marzo de 2020, termino la pasantía y empezaba a escucharse sobre la cuarentena, había una situación de paranoia generalizada y yo tenia que decidir si volver a Argentina o quedarme en Israel”
Aclara que había tramitado la visa de trabajo por un año, pero aun no era ciudadana israelí y eso le dificultaba en el proceso de inserción laboral: “Yo sabia que en Argentina estaba todo cerrado y no quería volver, pero para eso debía hacer las cosas de manera ordenada y obtener la ciudadanía israelí”.
Con trabajos temporales logro mantenerse y logro mudarse a un departamento en Tel Aviv con tres amigas: “En ese momento sentí que empezaba mi vida en Israel. Me di cuenta que en Tel Aviv la pasaba bien, tenia amigos, tenia un trabajo que me permitía mantenerme y entendí que Israel era el lugar donde, en este momento de mi vida quiero estar”
Habiendo tomado la decisión, faltaban algo no menor. Contarles a sus padres que no volvería a Argentina, porque Israel era su nuevo país.
“Honestamente ya venía hablando con ellos, particularmente con mi papa. Ambos sabían que si volvía era para estar encerrada. Los fui haciendo participes de mi decisión y cuando les explique que si no era ciudadana no iba a conseguir trabajo entonces ellos entendieron toda la situación.”
“Todos entendimos que era un proceso que empezaba, pero se proyectaba a largo plazo. En ese sentido fue mas fácil para mi porque no atravesé por una despedida”.
Cuenta que cuando llego a la última etapa del proceso de Alia estando en Israel hizo una videollamada con sus familiares y ahí fue donde definitivamente les transmitió que se quedaría en Israel. Ellos me dijeron “todos sabíamos que te ibas a quedar ahí, pero al parecer vos no” cuenta entre risas mientras revela que haciendo alia desde Israel pudo evitar la despedida, algo que le resultaba muy difícil.
Explica que el proceso de Alia desde Israel tiene algunas similitudes y diferencias con el proceso de Alia normal: “Llame al global Center de la Agencia Judía y me tomaron los datos. Abrí mi carpeta de Alia, subí los documentos y completé los datos. Luego de la verificación me llamaron para una reunión con el Ministerio de Interior y a la semana me dieron el Pasaporte argentino con la visa de inmigrante y una Tehudat Zeut (Documento de identidad) transitoria por 3 meses para después cambiar a una permanente”.
“Luego empezaron los trámites para la integración y para la obtención de los beneficios. En todo momento recibí el apoyo de las personas de la Agencia Judía quienes además de excelentes profesionales eran mis ex compañeros de trabajo”
Cuenta que la Alia la hizo reconectarse también con su profesión: “En Argentina no quería ejercer. Honestamente me daba miedo trabajar en ciertas zonas o con determinadas poblaciones. En cambio, en Israel me siento segura y las problemáticas me resultan más interesantes.”
Comenta que el tercer sector en Israel es muy fuerte y que hay muchas ONGs con distintos propósitos y que trabajan diferentes temáticas; con refugiados, solicitantes de asilo, adolescentes que se escaparon de sus casas y a diferencia de Argentina son trabajos mucho menos precarizados.
Hace énfasis en la importancia del hebreo para vivir en Israel. A la hora de insertarse en el mercado laboral, Micaela contaba con la ventaja de entender hebreo por haber vivido allí y hecho el Ulpan (escuela de hebreo para inmigrantes).
“Si no sabes hebreo es más difícil la vida, necesitas un buen nivel de hebreo para trabajar, para sentirte parte de la sociedad y para hacer tramites. Es el idioma del país. No todas las personas se toman la molestia de contemplar que sos un inmigrante y que no es tu idioma nativo”.
En perspectiva compara su vida con la que tenía en Argentina y aclara que en Israel cambio muchas cosas: “Yo vivo en Tel Aviv y el ritmo de vida es muy intenso, la ciudad está todo el tiempo en movimiento. Siempre hay algo para hacer, ir a la playa, a una cena, juntarme con amigos. En Argentina no me juntaba a cenar en la semana, y acá es algo que sucede todos los días”.
Como mujer cuenta que una de las virtudes de vivir en Israel es la seguridad en el ámbito público. “Si bien en Israel también hay robos y posibilidad de guerra, como mujer la tranquilidad de poder volver a cualquier hora hablando por teléfono en la calle es algo muy valioso y en argentina no podía”
Sin embargo, advierte que adaptarse a la cultura israelí no es siempre fácil: “Los israelíes pueden ser muy rudos y es necesario pelearse, pero después esta todo bien, las cosas se arreglan”.
Analizando todo su proceso de Alia comenta que ahora se siente muy libre. Cuenta que la alia como proceso migratorio la expuso a salir 100% de su zona de confort todo el tiempo. “En Argentina era muy dependiente de mis padres y en Israel estoy sola y me hago valer por mi misma. Me mudo sola, me armo muebles sola, busco trabajo sola, voy a médicos sola. Todas estas cosas en Argentina las hacia acompañada pero acá no”.
No todo es color de rosas. A veces extraña a su familia y comenta que al regresar de visita a Argentina se relajó porque estaban sus padres quienes la cuidaban: “Eso no lo tengo en Israel y a veces se extraña. Como ola me expongo a situaciones fuertes sola. Para bien o para mal eso me fortalece y me pone en una posición no cómoda y a partir de ahí construyo mi personalidad”.
Concluye con mucha seguridad: “Hoy me siento mucho más conectada con quien soy y que es lo que quiero para mi vida”.
Por último, advierte que la Alia no es algo definitivo: “Siempre podes volver. Podes tomar una decisión que en su momento pareció correcta y después no es acorde a lo que necesitas y no hay problema. Podes cambiar de opinión.
Comenta que la Alia es muy distinto a un programa de Taglit o Masa: “Para hacer alia es importante saber bien a que venís a Israel. Cuáles son tus objetivos”.
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