La batalla de 66 horas entre Israel y el grupo terrorista Jihad Islámica ubicado en Palestina ( PIJ), denominada Operación Amanecer, que terminó el pasado domingo por la noche, fue definida por los funcionarios Israelitas como una de las rondas de combate más exitosas producidas en la Franja de Gaza. Pero esta no será la última.
Las Fuerzas de Defensa de Israel inicialmente enfrentaron críticas por las medidas preventivas que tomaron durante los tres días previos a la operación, debido a que tenían indicios de un ataque inminente de la Jihad Islámica contra civiles o soldados en la frontera, es por esto que el ejército encerró a miles de residentes en sus hogares mientras cerraba carreteras y líneas de tren que eran vulnerables al fuego de Gaza. Cabe destacar que los legisladores de la oposición criticaron la decisión de los militares y dijeron que el grupo terrorista había ganado sin siquiera disparar un solo tiro.
Pero al final de los combates, con un acuerdo de alto el fuego, con altos comandantes terroristas asesinados, lesiones mínimas en el lado israelí y tasas récord en la interpretación de misiles por parte del sistema de defensa aérea Israelí (Iron Dome), el estado de ánimo y las opiniones habían fueron otras. Aún así, el ejército reconoció que no había alcanzado todos sus objetivos, lo que indica que la lucha con el grupo terrorista eventualmente tendrá que reanudarse.
Si bien la violencia duró poco menos de tres días, la escalada de movimientos comenzó una semana antes. Con las FDI intensificando las operaciones de arresto en el norte de Cisjordania contra miembros de PIJ y otros palestinos armados. La Dirección de Inteligencia Militar tenía indicios de que el grupo terrorista con sede en Gaza intentaría lanzar un ataque en la frontera. Los indicios se hicieron más fuertes después del arresto de Bassem Saadi, el líder de la PIJ en Cisjordania. La detención de Saadi el pasado lunes provocó el cierre generalizado de la frontera con la Franja de Gaza. Los oficiales militares dijeron que había información “concreta” de un ataque “inminente”. Los cierres durarían varios días, mientras las FDI desplegaban miles de tropas en la zona y preparaban el sistema de defensa anti misiles denominado Cúpula de Hierro en el sur de las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén.
Poco después del mediodía del viernes, tras una larga reunión con el primer ministro Yair Lapid y altos cargos militares, el ministro de Defensa, Benny Gantz, dijo a los periodistas que la amenaza de la PIJ se eliminaría “de una forma u otra.” En total, las FDI afirmaron haber atacado más de 170 objetivos de la PIJ en toda la franja, incluidos depósitos de armas, puestos de observación y lugares de lanzamiento de cohetes. Un importante ataque aéreo en la segunda noche de la operación mató a Khaled Mansour, homólogo de Jabari en el sur. Los oficiales militares dijeron que los asesinatos selectivos de miembros de alto rango de la PIJ habían paralizado su cadena de mando, un logro importante para Israel en esta ronda de combates. Pero no impidió la continuación del lanzamiento de cohetes hasta justo después del alto el fuego.
Las FDI se esforzaron por impedir activamente el lanzamiento de cohetes contra el territorio de Israel, y los funcionarios dijeron que habían golpeado a 10 escuadrones que se dirigían a lanzar un ataque o acababan de disparar cohetes sobre territorio Israelita. Por otra parte, los oficiales reconocieron que aunque las FDI golpearon varios almacenes de cohetes de la PIJ, causando un “daño significativo” a sus capacidades, no fue un daño “absoluto”, y el grupo terrorista todavía tiene miles de cohetes listos para disparar en la próxima ronda de combates que se libren.
Los oficiales militares también dijeron que las FDI no lograron dañar significativamente la infraestructura del grupo terrorista. Si los combates hubieran continuado, dijeron, los militares “también habrían alcanzado este objetivo”. Las FDI dijeron que investigarían la muerte de al menos 11 civiles no implicados que mataron en sus ataques aéreos. Entre ellos, la esposa de Mansour y la de otro comandante de la PIJ, que se encontraban en un apartamento del sur de Gaza durante el principal ataque aéreo.
El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza, dirigido por Hamás, dijo que 44 personas habían muerto en los combates, entre ellas 15 niños, pero no dijo cuántos del total de muertos estaban afiliados a grupos terroristas. Al menos 15 muertos fueron reivindicados como miembros del PIJ, Hamás y otro grupo terrorista más pequeño.
Israel suele rechazar las críticas de que ataca a los civiles, afirmando que toma numerosas precauciones para evitar esas víctimas innecesarias. Afirma que la selección de sus objetivos se basa en sofisticados datos de inteligencia y cuenta con el visto bueno de asesores jurídicos y otros expertos, y que a menudo advierte a los habitantes para que evacúen sus casas antes de que sean atacadas. El ejército también afirma que ha perfeccionado sus misiles guiados, lanzando pequeñas cargas útiles que minimizan los daños más allá del objetivo preciso. Israel también argumenta que las víctimas civiles son inevitables en el entorno urbano poblado de Gaza. Los terroristas suelen disparar cohetes desde zonas residenciales abarrotadas, lo que atrae los ataques de represalia israelíes. Así mismo, Israel acusa a los terroristas de utilizar a los civiles, incluidas sus propias familias, como escudos humanos.
Israel ha librado cuatro grandes guerras y varios asaltos más cortos contra grupos terroristas en la Franja de Gaza. Algunas rondas, incluida la última, se limitaron sólo al PIJ, respaldado por Irán, y los gobernantes de Gaza, Hamás, se mantuvieron al margen. El alto el fuego comenzó el domingo a las 23:30 horas y, a pesar de varios lanzamientos de cohetes en los momentos posteriores, Israel levantó todas las restricciones en el frente interno el lunes al mediodía, abriendo carreteras, líneas de tren y pasos fronterizos cerrados durante casi una semana.
Gregorio Gonzalez. Abogado y Analista en Inteligencia Estratégica.
Comentarios de post