Rivlin inició consultas el lunes por la mañana con representantes de cada partido político para escuchar sus recomendaciones para el próximo primer ministro, con la esperanza de que un líder asegurara el apoyo de 61 parlamentarios necesario para formar un gobierno estable.
Casi al mismo tiempo, el primer ministro Benjamin Netanyahu comparecía ante un tribunal al otro lado de la ciudad mientras comenzaba la etapa probatoria de su juicio por corrupción.
Al comenzar un día intensivo de reuniones con los partidos políticos para consultas sobre el candidato preferido de cada uno para formar el próximo gobierno, el presidente Reuven Rivlin lamentó el lunes que “por el momento, no veo la manera de formar una coalición”.
También dijo que, si su primera opción para formar un gobierno falla, puede enviar el mandato de regreso a la Knesset para que tome una decisión, en lugar de darle a una segunda persona la oportunidad de hacerlo primero. Y en duros comentarios, el mandatario agregó que “después de cuatro campañas electorales, la democracia se ha agotado”.
“El pueblo de Israel debería estar muy preocupado de que podamos ser arrastrados a una quinta elección” desde abril de 2019, dijo el presidente.
Al reunirse con representantes del partido Likud de Netanyahu, Rivlin aludió al juicio y dijo que “puede haber un componente moral en la elección de un primer ministro que no sé si un presidente o la Corte Suprema deberían abordar”.
Según la ley israelí, un primer ministro puede servir a pesar de ser acusado de cargos penales, mientras que otros legisladores no tienen el mismo derecho. Netanyahu se ha negado a renunciar, alegando que los cargos fueron el resultado de una “caza de brujas” por parte de los medios y el sistema judicial.
El partido Likud ganó 30 escaños en la Knesset, el mayor número con diferencia, con Yesh Atid en segundo lugar con 17 escaños.
Netanyahu espera que 52 miembros de la Knesset lo recomienden al presidente, incluidos los partidos ultraortodoxos y el partido religioso sionista de extrema derecha, pero aún no alcanzará la mayoría de 61 parlamentarios necesaria para formar una coalición.

Si bien al menos 57 miembros de la Knesset han declarado que no se unirían a una coalición liderada por Netanyahu, el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, también se ha quedado corto en el número mágico que lo habilitaría a armar gobierno.
Al hablar el lunes por la mañana mientras se preparaba para embarcarse en los tres días de consultas asignados, Rivlin reiteró su creencia de que el próximo gobierno debe reflejar la voluntad del pueblo.
“El objetivo del proceso que establece la ley es lograr la formación de un gobierno que tendrá la confianza de la nueva Knesset que ha sido elegida por el pueblo”, dijo Rivlin.
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